Ya sea que usted y su familia estén disfrutando de los placeres de la temporada de invierno con patinaje sobre hielo y peleas de bolas de nieve, o aventurándose de mala gana al aire libre para pasear al perro y palear la nieve, tenga en cuenta los peligros para la salud de esta ola de frío… como la congelación.
He aquí por qué no quieres meterte con la congelación
La congelación puede ocurrir incluso después de minutos de exposición a temperaturas bajo cero y sensación térmica. Se desarrolla después de la exposición al frío intenso y conduce a la congelación y lesión del tejido con destrucción de las células. La inflamación que sigue a la congelación puede causar más daño a los tejidos. Las áreas más comúnmente afectadas son las orejas, la cara, los dedos de las manos y los pies.
Entonces, ¿cómo reconoces los problemas?
Un precursor de la congelación es la congelación, cuando el frío no ha causado ningún daño tisular permanente. La piel puede estar roja o pálida y dolorosa. A medida que se establece la congelación en etapa temprana, las áreas afectadas pueden sentirse entumecidas. La piel puede sentirse fría y dura, y volverse más pálida o de color amarillo grisáceo, y luego desarrollar ampollas.
Algunas condiciones y situaciones pueden aumentar el riesgo de congelación, como deshidratación, problemas de circulación, consumo de nicotina y alcohol, o vivienda y ropa inadecuadas. Además, siempre tenga en cuenta que los bebés y los niños pequeños son más vulnerables y es posible que no puedan reconocer estos síntomas tempranos y tomar medidas para protegerse.
Qué hacer si crees que alguien tiene congelación
Si cree que está lidiando con una congelación, intente calentarse lo antes posible. Sin embargo, no intente volver a calentar las áreas congeladas si existe la posibilidad de que se vuelvan a congelar, ya que eso puede provocar un daño aún mayor en los tejidos. Del mismo modo, evite caminar con los pies congelados, pero si eso no es posible y debe caminar para llegar a un ambiente cálido, no intente recalentar sus pies hasta que no tenga frío. Una vez que esté fuera del frío, las formas más seguras de recalentar las áreas congeladas son con calor corporal (p. ej., dedos en las axilas) y agua tibia (¡no caliente!). No intente calentar el tejido congelado frotando o usando una almohadilla térmica, una estufa o el calor de un fuego. Si los síntomas no mejoran, vaya al hospital de inmediato para recibir atención médica adicional.
Manteniendo a raya la congelación
Si bien es importante reconocer los signos tempranos de congelación y saber cómo comenzar con la atención segura en el hogar, aquí es donde tomar medidas de prevención para usted y su familia contribuye en gran medida a una temporada de invierno más saludable y placentera.
- Presta atención al pronóstico del tiempo.
- Vístase apropiadamente, con capas, ropa que absorba la humedad y otra ropa de invierno como sombreros, mitones (mejor que guantes), pasamontañas y anteojos de sol o antiparras.
- Asegúrese de que todos estén hidratados y nutridos.
- Evite el alcohol y los cigarrillos.
- Deshazte de los ungüentos, que en realidad podrían no proteger la piel expuesta pero pueden aumentar el riesgo, contrariamente al pensamiento popular.
- Cuando esté afuera, evite el contacto directo con el metal y el agua.
- Quítese la ropa mojada lo antes posible.